Tratamientos con células madre

Cada vez oímos más hablar de tratamientos con células madre. A veces, parece que son la solución para todos los problemas de salud que atraviesa el ser humano. Y otras veces, oímos que falta muchísimo desarrollo para alcanzar la efectividad con estas terapéuticas.

Lo cierto es que ninguno de los extremos es tan así. Las células madre se están investigando intensamente para poder extraer sus máximos beneficios. La investigación debe continuar, pero ya se ha iniciado y prosigue.

Las células madre son células del cuerpo humano que tienen la capacidad de generar otros tipos de células. Se las conoce como pluripotenciales porque, en potencia, a partir de ellas pueden salir células de tejidos diversos.

Una célula madre puede diferenciarse progresivamente en un miocito -célula muscular-, un osteocito –célula del tejido óseo- o en una neurona –célula del tejido nervioso. Y, de este modo, son capaces de originar todos los órganos corporales.

Estas células particulares, con una función única, se encuentran desde nuestra gestación. Gracias a ellas se desarrolla el embrión para hacerse viable y luego crecer. Se les puede encontrar en:

• Embriones: son las células madre embrionarias y están presentes en embriones de pocos días de existencia que se llaman blastocistos.
• Tejidos adultos: cuando somos adultos tenemos un pequeño remanente de estas células, sobre todo en la médula ósea. No tienen la misma capacidad de pluripotencialidad que las embrionarias.
• Laboratorio: hay una técnica de laboratorio que experimenta convirtiendo células normales de los tejidos adultos en células madre. Se las induce mediante mecanismos genéticos. Se trata de una reprogramación de la función celular.
• Tejidos perinatales: en la sangre del cordón umbilical y en el líquido amniótico que rodea al feto durante el embarazo se les ha hallado.

¿Cómo funciona el tratamiento con células madre?

Los tratamientos con células madre buscan reparar un tejido que se ha dañado en el cuerpo humano. Básicamente es esa la utilidad principal.

Aprovechando la capacidad de regeneración que podrían aportar a las terapéuticas, se les investiga como sustitutos a los trasplantes. Imaginemos que en lugar de trasplantar un órgano fuésemos capaces de ´fabricar´ un órgano nuevo a partir de estas células.

La intención es colocarlas en tejidos dañados para incitarlas a recrear ese tejido con elementos nuevos. Serían reparadoras del cuerpo humano. Para ello hay que guiarlas hacia la producción de determinadas partes, y eso es lo que se está investigando en los laboratorios.

Los tratamientos con células madre podrían reparar un corazón dañado por un infarto, un hígado lastimado por la cirrosis y hasta huesos fracturados por traumatismos. Las posibilidades que se abren a la medicina son casi infinitas.

Además, se agrega la ilusión de dar con la cura de situaciones que hoy parecen incurables o difíciles de tratar. La patología oncológica mejoraría su pronóstico notablemente en el corto plazo.

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Problemas del tratamiento

Por desgracia, el marketing ha difundido falsamente beneficios que todavía no se han comprobado de las células madre. Agencias gubernamentales de trasplantes advierten que hay que informarse de forma correcta sobre estos tratamientos antes de iniciarlos.

Los investigadores han comprobado que guiar una célula madre a la formación de determinado tejido no es tan fácil. En algunos experimentos la guía no funcionó y espontáneamente se formaron otros tejidos. Eso sería un riesgo.

También pueden existir reacciones de rechazo desde el organismo receptor a las células madre insertadas. Como todo objeto externo que ingresa, el sistema inmunitario que no lo reconoce pretende expulsarlo. En los trasplantes estas reacciones pueden ser graves.

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Algunos ejemplos de tratamientos con células madre

A pesar de los posibles efectos adversos y de las limitaciones actuales, ya hay tratamientos posibles con células madre. En realidad, desde la década de los setenta se practica el trasplante de células madres de médula ósea para ciertos linfomas, por ejemplo.

Pero podemos mencionar otras terapéuticas exitosas:

• Piel para quemados: hace más de treinta años se practica la formación de piel para grandes quemados. Se trata de una piel que es imperfecta, ya que en su formación no aparecen glándulas, pero son una gran ayuda en quemaduras extensas. No es una técnica que se aplique siempre, ni que sea posible realizar por cualquier equipo médico.
• Leucemias infantiles: las células madres del cordón umbilical pueden ayudar a niños con leucemia. En los adultos no es tan efectiva su aplicación.
• Reparación de córnea: hay células madre del limbo del globo ocular que pueden generar tejido corneal nuevo. Si, por ejemplo, el paciente se lesiona el ojo perdiendo parte de la córnea, sería posible otorgarle una parte de córnea nueva que reemplace la perdida para devolverle visión completa.

En definitiva, queda mucho por investigar sobre los tratamientos con células madres. Pese a esto, muchos hallazgos sugieren que a futuro pueden convertirse en un tratamiento prometedor contra enfermedades graves.