Jun 30, 2020 Salud
La perimenopausia es una palabra que literalmente significa «alrededor de la menopausia». Tiene que ver con el período de transición que lleva a la menopausia, la cual marca el final de la vida reproductiva en una mujer. También se le conoce como “transición menopáusica”.
El período de la perimenopausia tiene lugar a diferentes edades. Mientras que algunas mujeres comienzan a tener los primeros síntomas hacia los 30 años, otras los experimentan durante la década de los 40. Incluso algunas solo tienen las primeras manifestaciones a comienzos de los 50 años.
A veces se confunde la perimenopausia con la premenopausia, sin embargo son dos conceptos diferentes. La premenopausia, técnicamente hablando, corresponde a toda la etapa previa a la menopausia. La perimenopausia, en cambio, comprende la etapa inmediatamente anterior a la menopausia.
¿Qué es la perimenopausia?
De manera general, se puede definir la perimenopausia como la etapa reproductiva más próxima a la menopausia. Comienza cuando empiezan a bajar los niveles hormonales en una mujer y culmina cuando se produce el cese definitivo del ciclo menstrual por más de doce meses.
Durante esta etapa, los niveles de estrógeno y progesterona se muestran inestables, ya que suben y bajan continuamente. Esto genera una serie de síntomas, tanto físicos como psicológicos. Tal inestabilidad se mantiene hasta que la menstruación cesa definitivamente; esto solo se da por hecho hasta un año después de la última menstruación.
Hay algunos factores que pueden precipitar la aparición de la perimenopausia. Se estima que las mujeres que fuman la presentarán uno o dos años antes de lo habitual. Así mismo, los antecedentes familiares, así como algunos tratamientos para el cáncer o la histerectomía, pueden hacer que se presente antes de lo acostumbrado.
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Síntomas de la perimenopausia
El principal síntoma de la perimenopausia es la irregularidad en el período menstrual. Los períodos pueden ser más cortos, o más largos, o simplemente no presentarse durante un mes o más. De igual modo, a veces son más abundantes y otras veces más ligeros.
Otros síntomas de esta etapa son los siguientes:
- Bochornos: brotes súbitos de calor, que ascienden desde el pecho a la cabeza.
- Sudoraciones nocturnas.
- Dificultades para dormir.
- Sequedad de mucosas: especialmente resequedad vaginal.
- Dispareunia: dolor durante las relaciones sexuales.
- Cambios en el estado de ánimo.
- Problemas o infecciones urinarias.
- Aumento del nivel de grasa corporal, principalmente alrededor de la cintura.
- Desinterés sexual.
- Osteoporosis: pérdida de masa ósea.
La ciencia no sabe exactamente qué causa los bochornos, pero sí se sabe que el agua caliente, los alimentos calientes o picantes, el alcohol y la cafeína incrementan esos episodios. Los cambios en el estado de ánimo se deben a la inestabilidad hormonal, pero también a la conciencia de estar envejeciendo o de estar al final de la vida fértil.
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Tratamientos disponibles
La perimenopausia no necesita tratamiento si la mujer tolera bien los síntomas. En caso de que no sea así, lo habitual es que se acuda a una o varias de las siguientes medidas:
- Terapia de sustitución hormonal: básicamente, consiste en la administración de estrógenos sistémicos. Es fundamental que la terapéutica esté guiada por un profesional y que se evalúen los riesgos y los beneficios asociados.
- Estrógeno vaginal: se utiliza, por medio de una crema, anillo o tableta, una variante del estrógeno de manera local. Se intenta reparar la resequedad vaginal con esto. Ayuda a aliviar las molestias durante las relaciones sexuales y contribuye a moderar los síntomas urinarios.
- Gabapentina: aunque este medicamento se utiliza principalmente para las convulsiones, ha demostrado ser eficaz para reducir los sofocos.
- Antidepresivos: se emplean para reducir los sofocos, así como para estabilizar el estado de ánimo.
Otros consejos
Muchas mujeres logran darle un buen manejo a sus síntomas con medidas que excluyen los tratamientos farmacológicos. Un estilo de vida saludable ayuda considerablemente a reducir las molestias y contribuye a mantener un buen estado de ánimo.
Básicamente, se recomienda comer de manera muy sana y hacer ejercicio físico regularmente. También es muy aconsejable llevar a cabo prácticas de meditación. Algunos ejercicios de respiración son muy eficaces para controlar los sofocos, sin necesidad de acudir a un fármaco.
La acupuntura, así como la ingestión de algunas infusiones de hierbas también se han mostrado eficaces en estos casos. También hay productos de origen natural que pueden ayudar. De cualquier modo, lo adecuado es consultar con el médico antes de hacer uso de estos procedimientos o productos alternativos.
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