Jun 30, 2020 Bienestar
Un forúnculo es una inflamación de la piel causada por la infección de un folículo piloso y el tejido subcutáneo circundante, normalmente por la bacteria Staphylococcus aureus. En ocasiones, varios forúnculos se unen formando una lesión más extensa, en cuyo caso la aflicción se conoce como forunculosis o ántrax.
Generalmente, puedes tratar los forúnculos pequeños en tu casa mediante la aplicación de compresas tibias para aliviar el dolor.
En el caso de forúnculos más grandes y ántrax, el tratamiento puede incluir lo siguiente:
- Incisión y drenaje. El médico puede drenar un forúnculo grande o ántrax mediante una pequeña incisión en la punta. Las infecciones profundas que no se pueden drenar por completo se pueden llenar con gaza estéril para ayudar a absorber y quitar el pus adicional.
- Antibióticos. A veces, el médico puede recetarte antibióticos para ayudar a curar las infecciones graves o recurrentes.
Cómo tratar los forúnculos en casa
Alimentación
Las personas que sufren forúnculos, como en toda enfermedad que se repite continuamente, deberían revisar su alimentación, para ver qué alimentos no se están asimilando correctamente y pueden tener un papel en la aparición de estos forúnculos.
En este caso prestaremos especial atención al azúcar. Podemos incluso realizarnos una prueba de glucemia, para comprobar si hay una diabetes encubierta.
Consulta con un especialista qué otros alimentos pueden estar afectando a que se desarrolle esta infección.
Nutrientes básicos
Para nutrir nuestra piel y combatir los forúnculos debemos procurar evitar los déficits de vitamina C, vitamina E y zinc. Estos nutrientes los podemos adquirir a través de la alimentación o bien tomar algún suplemento natural que los contenga.
La vitamina C es quizás la vitamina de refuerzo inmunológico más conocida. Se encuentra en muchos medicamentos para la prevención del resfriado. Un estudio de 2017 publicado en Nutrients muestra que es más probable caer enfermo (o que salgan forúnculos, en este caso) cuando tiene deficiencia de vitamina C.
Por su parte, la vitamina E actúa como antioxidante y caza radicales libres potencialmente peligrosos, según un estudio de 2016 publicado en el Indian Dermatology Online Journal.
EL zinc también es conocido por sus posibles beneficios dermatológicos. Así lo explica una revisión publicada en 2014.
- Fuentes de vitamina C: cítricos, frutos rojos, piña, kiwi, acerola, pimiento rojo.
- Vitamina E: aguacate, aceite de oliva de primera presión, almendras, nueces, semillas, vegetales de hoja verde
- Zinc: Pescado, ostras, huevo, carne de cordero, marisco, germen de trigo, polen.
Además, tanto la vitamina E como el zinc se pueden aplicar también tópicamente.
La piel y el intestino
La desregulación de la función de la proteína antimicrobiana está asociada con enfermedades del intestino y la piel. Estos incluyen la enfermedad inflamatoria intestinal y trastornos de la piel como la dermatitis atópica, la rosácea y la psoriasis.
Para limpiar bien el intestino, además de llevar una alimentación equilibrada, podemos recurrir a un remedio antiguo como son los enemas naturales de agua tibia.
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Otra opción son los emplastos de arcilla en el vientre: prepararemos una mezcla de arcilla roja y agua hasta que obtengamos una pasta que no sea demasiado líquida. Nos la aplicaremos en la zona del vientre y la cubiremos con una tela o toalla que nos rodee todo el vientre y la zona lumbar.
Beber mucha agua
Para limpiar la piel también tenemos a nuestro alcance el remedio más natural y económico que existe: beber agua.
Si nos cuesta beber agua podemos añadirle un poco de jugo de limón y un poco de estevia, y de esta manera estaremos bebiendo agua pero también disfrutando de una deliciosa y saludable limonada.
Limpiar y nutrir la piel
Es fundamental que limpiemos bien nuestra piel para evitar infecciones.
Como opción natural antibiótica podemos usar aceites esenciales que son altamente terapéuticos y no tienen efectos secundarios. Podemos usar el de tomillo, el de orégano o el de árbol de té.
Destacamos también especialmente el aceite esencial de palmarosa. Este podría ser útil en el tratamiento de los forúnculos. Además, tiene un aroma parecido al de la rosa.
¿Cómo los aplicamos?
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Mezclaremos unas gotas del aceite esencial que escojamos con una base natural, según nuestro tipo de piel:
- En la piel seca: aceite de almendra o germen de trigo.
- Si tenemos la piel mixta: aceite de coco o sésamo mezclado con un poco de gel de aloe vera.
- Con piel grasa: gel de aloe vera.
Recomendaciones
Si ya tenemos una crema facial que usamos habitualmente podemos mezclar ésta con los aceites esenciales. De todos modos recomendamos que sean cremas naturales y orgánicas, libres de sustancias químicas que penetran a la piel a través de los poros aumentando todavía más la acumulación de toxinas.
También recomendamos evitar, a no ser que se agraven los forúnculos, las cremas que contengan antibióticos y cortisona. En cualquier caso, lo propio es que consultemos con nuestro dermatólogo cuál es el tratamiento más adecuado en nuestro caso.
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