La estimulación del nervio vago en el oído

La estimulación del nervio vago en el oído es una técnica que se aplica para temas tan complejos como el manejo del dolor y la ralentización del envejecimiento. De hecho, ha cobrado gran relevancia en el último tiempo, razón por la que ha aumentado el número de investigaciones para validar su eficacia

Estudios, como los que lleva a cabo la Universidad Técnica de Viena al respecto, destacan la eficacia de la estimulación del nervio vago en el oído para paliar el dolor crónico. Los resultados son muy alentadores, aunque se debe continuar por la senda investigadora. Veamos en qué consiste.

El nervio vago y su estimulación

¿Cómo es que la estimulación del nervio vago en el oído puede incidir sobre el dolor, el envejecimiento e incluso en asuntos tan complejos como la salud mental? Existe un vínculo entre los lugares por donde pasa este nervio, la conformación del aparato auditivo y muchas funciones de los sistema del cuerpo humano.

El oído es una especie de puerta de entrada al sistema nervioso. Hay algunos sitios específicos del oído externo en los que el nervio vago puede ser estimulado, y como se trata de una estructura que luego recorre órganos internos, la información que lleva se distribuye en gran parte del organismo.

El nervio vago, también conocido como nervio neumogástrico, transmite información del cerebro a diferentes órganos, como los pulmones y el corazón. Así mismo, tiene una rama simpática y una parasimpática. A través de ambas regula funciones tales como la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y la digestión.

Lo que se hace en esta técnica es introducir pequeños electrodos en el oído, los cuales se controlan con un dispositivo portátil que se pone en el cuello. Así se crean y transmiten pulsos eléctricos, los cuales son experimentados como una especie de cosquilleo en la oreja.

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Antídoto contra el envejecimiento

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Leeds y publicado en Aging, indica que la técnica de estimulación del nervio vago en el oído contribuye a proteger a las personas de diversas patologías asociadas con el envejecimiento. Específicamente, de la hipertensión y las enfermedades cardíacas.

Según Beatrice Bretherton, coordinadora del estudio, la estimulación permite influir en el equilibrio metabólico del cuerpo para llevar a cabo acciones correctivas. El método tiene a su favor que no implica uso de medicamentos o procedimientos invasivos.

La rama simpática del nervio vago ayuda al cuerpo a prepararse para la lucha o la huida. La rama parasimpática, por su parte, incide sobre el descanso y la digestión. El envejecimiento provoca que, de manera progresiva, la rama simpática comience a dominar.

La técnica de estimulación del nervio vago en el oído se emplea para revertir esa situación. Lo que se logra a través de ella es que la rama parasimpática se active y se equilibre con la simpática. En esas condiciones, hay menos estrés y, por lo tanto, menor riesgo de desarrollar varias afecciones de salud como las ya señaladas.

Estimulación del nervio vago para el dolor crónico

La técnica de estimulación del nervio vago en el oído también genera buenos efectos en el tratamiento del dolor crónico. Hay que tener en cuenta que el nervio vago nace en el bulbo raquídeo e inerva faringe, esófago, laringe, tráquea, bronquios, corazón, estómago, páncreas, hígado y algunas otras vísceras.

Cuando son estimuladas las fibras del nervio vago que están en el oído, se provoca una disminución del dolor. El mayor reto es colocar los electrodos en el lugar correcto.

Con base en un modelo de ordenador, también se ha logrado establecer, cada vez con mayor precisión, cuáles son las señales eléctricas que se deben usar. Influyen tanto la intensidad como la forma de esas señales.

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Efectos adicionales de la técnica

Este tipo de estimulación también ha resultado efectiva para eliminar los acúfenos, también conocidos como tinnitus. Los acúfenos son sonidos, pitidos o golpes que a veces se sienten en el oído, sin que provengan de alguna fuente externa. Son provocados por múltiples causas que van desde traumatismos, pasando por el síndrome de Ménière, hasta el estrés o el exceso de trabajo.

Lo revelado hasta ahora, en relación con esta técnica, es tan solo la punta del iceberg. Se cree que en los próximos años se encontrarán nuevas aplicaciones y beneficios de este innovador método.